En este espacio cada estereotipo ciudadano tiene su lugar. No me voy a reír de ellos, sino con ellos y vos podes prestar tu risa

lunes, 11 de junio de 2012

CHARLA DE CAFÉ. QUINTA ENTREGA


Donde la humanidad tiene sus orígenes


El bar tiene ese no se qué. Tal vez sea el aroma del café recién molido. No lo sé, pero desde el bar se han escrito los mejores poemas de amor; se han tejido y destejido conspiraciones salvajes; se ha hilvanado correctamente la ostentosa prosa de la vida. Claro que, también, desde el café se han depurado matrimonios, dejando en la ruta del destino a esa parte del binomio matrimonial que no sabe de ideología suburbana.
Como el caso de Polo que llegó una tarde escandalosamente contento porque se quedaba solo en su casa por un viaje de su esposa que la ausentaría por una semana.
-Es una oportunidad única, dijo. Preparé un programa de actividades y se exactamente a que hora me voy a levantar; que tiempo voy a tardar en ducharme y acicalarme; cuanto en prepararme el desayuno…
-Ojo, lo interrumpió el Bocha. Mirá que no esfácil la vida de hogar.
-Nada que ver, Bochita. Tengo calculado el número total de horas que me va a llevar lavar los platos, hacer la limpieza, sacar a pasear al perro, ir de compras y cocinar. ¿Y sabés que? Te asombrarías del tiempo que te queda para hacer lo que quieras. No sé por que las mujeres hacen que el trabajo doméstico parezca tan complicado. Es organización, nada más.
-¿Si vos lo decís? Después no digas que no te avisamos, sostuvimos todos a coro.
El Profesor Autunez que hace años deambula su viudez le espetó: No es fácil, Polito. Ya te lo digo, el primer día está fenómeno, te sentís como un dios, hasta te sentás en el sofá y te fumás un habano antes de dormir. Después se complica.
Pasaron los días y cada siete se transformó en semana; después semana tras semana dieron lugar a un mes. Polo había desaparecido. Ni en su casa estaba. Esto lo supusimos cuando su esposa nos cortó abruptamente el teléfono al preguntar por él. Iniciamos una búsqueda intensiva hasta que dimos con él en una mugrosa pensión de un barrio de la zona oeste. Daba lástima, era una piltrafa de cuerpo y alma. Repuesto, nos sentamos todos de nuevo alrededor de la mesa de café.
-Soy un tarado, ustedes tenían razón, se lamentó entre sollozos. Ahora me doy cuenta de que nunca hubiera tenido que dejar marchar a mi mujer tanto tiempo. Bueno, mi ex mujer. Mi vida ha dejado de tener sentido.
-¡¿Cómo tu ex mujer?!, gritó el Manco Gómez.
-Sí, me echó. El lunes, cuando se fue, todo era maravilla para el perro y para mí. Ya el martes empezaron algunos problemitas. Me di cuenta que si todas las mañanas iba a exprimir jugo de naranja, iba a tener un elemento más para lavar. Así que decidí lavar una vez y preparé jugo para toda la semana. Y eso me llevó a otra genialidad: si las salchichas se cocinan en agua, no hay diferencia con cocinarlas en la misma sopa. De esa manera ahorro una cacerola para lavar. El tiempo es oro, muchachos. Tampoco iba a pasar la aspiradora todos los días.
-No, seguro, dije yo.
-Empecé a creer que los quehaceres domestico llevan más tiempo del que me había imaginado y reconsideré mi estrategia. El primer paso fue comprar comida de la rotisería y así no perdía tanto tiempo cocinando. Si todas las noches uno se acuesta para levantarse a la mañana siguiente, para que hacer la cama todos los días. Es una tarea sin sentido. Eso sí, muchachos, la naranja exprimida se consume en el momento porque se pudre y el jueves casi no cuento el cuento. Decidí comprar Cepita y comida para el perro, porque si yo no me cocino, no le voy a cocinar a él. Lo importante es todo lo que se aprende cuando uno está solo. Los platos, para que lavarlos en cada comida si hay varios en la casa, si usás uno para cada comida ahorrás en detergente y consumo de agua. Si le atas un trapo en la cola al perro, cuando este la mueve limpia los muebles; las salchichas saben bien por la mañana, desmerecen en la comida y son insufribles en la cena, pero más de dos días seguidos puede causar nauseas y la sopa se puede tomar directamente de la olla. Fue entonces cuando tuve una epifanía, una revelación celestial: puse los platos, las cacerolas, vasos, etc. en el piso de la cocina y los magueríe, así mataba dos pájaros de un tiro; trastos y piso limpios. No entiendo porque estas crustis dicen que no les alcanza el tiempo.
-Eso de la manguera es bárbaro, dijo el Bocha.
-No creas, Bocha, no creas. Es un fracaso. La cocina huele a moho y supongo que los armarios se empezaran a pudrir en poco tiempo. El suelo está lleno de los restos de comida que había en los platos y se empezaron a pegar al suelo. Fue peor. Para colmo me llama mi mujer (bueno mi ex) y me pregunta si había limpiado las ventanas y la ropa. Yo solté una carcajada histérica y le dije que no tenía tiempo para esas cosas y que tampoco era su esclavo. Que qué pensaba ella, entre preparar la comida y hacerle algo de comer al perro, sacarlo a pasear, lavar los platos, lavar la ropa y arreglar la casa, ir de compras. No estoy al pedo todo el día.
Fue entonces cuando me di cuenta que ellamuchas veces me decía todo eso a mí…pero ya era tarde. Volvió hecha una furia, los ojos encendidos y solo me dijo: ¿Viste? Yo tampoco estoy al pedo, mientras ponía mi ropa en la calle.

2 comentarios:

  1. Un relato muy entretenido, además de extraordinariamente visual.
    Lo pasé muy bien leyéndolo.
    Un saludo, Juana Castillo.

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  2. Gracias Juana. Podés seguir leyendo el blog, lo actualizo semanalmente. Muchas gracias.

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